www.paquebote.com > PAUL VALERY
Qué lleva a un hombre, durante más de cincuenta años, a levantarse muy temprano (entre las cuatro y las cinco de la mañana) y a escribir durante unas tres o cuatro horas acerca de los temas más diversos? Al alba, un hombre piensa, escribe, dibuja. Las anotaciones critican, proponen, impugnan. Y, alguna vez, celebran. Lo que lleva a Paul Valéry a una práctica tal de la escritura es una pertinaz, obsesiva voluntad de conocimiento. Cada día, 'entre la lámpara y el sol', Valéry parecía responder a la pregunta tal vez más esencial de todas las que se formuló: '¿Qué puede un hombre?' El admirable 'diario intelectual' que conforman los Cuadernos es, en efecto, una larga respuesta a esa pregunta. No en vano confesó T. S. Eliot que Valéry era la personalidad intelectual de su época que más le interesaba. Y no en vano afirmó Octavio Paz: 'Encuentro que el verdadero gran filósofo francés de nuestra época no es Sartre: es Valéry, como lo revela, sobre todo, la publicación póstuma de los Cahiers'. ANDRÉS SÁNCHEZ ROBAYNA
Su espíritu, sin abandonar su rigor, supo conservar todo su valor poético e introducir, incluso, en su obra creadora ese rigor que en general puede considerarse como antagónico al arte y que, al contrario, transforma el arte de Valéry en un milagro de perfección. Andre Gide
Selección y versión de Carlos Dampierre.
TRAS una dramática crisis interior, una noche tempestuosa de primeros de octubre de 1892 en Génova, el joven Paul Valéry (Sète, 1841 -París, 1945), en vísperas de cumplir 21 años, renunciará a la literatura para consagrarse a la vida del espíritu, a su yo puro y al rigor del intelecto. Veinte años después, en el invierno de 1912, instado por su amigo André Gide a que reúna y publique sus antiguos poemas, se reconciliará con el arte de hacer versos. Fruto de ello serán La Joven Parca (1917), Álbum de versos antiguos (1920) —recopilación de sus composiciones escritas entre 1889 y 1890, entre las que destaca “Narciso habla”, el más bello poema de su etapa simbolista— y Cármenes (1922), su obra cumbre y última en poesía. Valéry siguió trabajando los poemas del Álbum para ediciones posteriores. La que el lector tiene en sus manos se corresponde con la de 1931, la definitiva.
Paul Valéry fue un escritor polifacético que a lo largo de su vida cultivó los más diversos géneros. Mi Fausto, obra teatral, es el título elegido por Valéry para integrar dos escritos de motivo «fáustico»: Lust, la señorita de cristal y El solitario o las Maldiciones del universo. La versión castellana de este texto se completa con el Discurso en honor a Goethe.